Con frecuencia, muchos de los clientes que se interesan por la instalación de un suelo de madera presentan ciertas dudas sobre qué tipo de suelo instalar. Existen diferentes tipos de suelos de madera y las prestaciones que pueden ofrecer cada uno de ellos son muy diversas.
Los suelos de madera se pueden clasificar según la composición de la lama o mediante su proceso de instalación. Podemos hablar de tres tipos de suelos de madera en función de cómo se compone cada una de las lamas que los integran:
- Suelos laminados (laminate flooring): Las lamas están compuestas por un tablero de fibras de alta densidad. En la parte que se puede pisar están recubiertas por varias capas de papeles que se encuentran impregnados con resinas y aditivos. Esta composición garantiza una gran resistencia a la abrasión, al impacto y al rayado.
- Suelos de parquet multicapa (engineered wood): La capa superior tiene un espesor de entre 2,5 y 5 milímetros. Permite que en este nivel se utilicen maderas más nobles en su instalación y resinas especiales que resultan mas vistosas en su acabado final. El resto de capas que lo componen sirven como estructura y están formadas por maderas más económicas.
- Suelos de tarima maciza: En su colocación se utiliza una lama de madera maciza con un espesor de entre 10 y 20 milímetros.
También hay que prestar especial atención a la forma de instalar estos suelos. Factores como la humedad o la sequedad pueden hacer que se produzcan movimientos de crecimiento o merma de la madera del suelo. El sistema de instalación también determina el acabado de suelo de madera.
- Tarima flotante: Las tablas se unen mediante adhesivos o colas. La forma más sencilla de realizar su instalación es mediante uniones mecánicas tipo click, mecanizadas directamente en las tablas o utilizando elementos plásticos o metálicos flexibles.
- Entarimado sobre rastreles: se realiza con maderas macizas o con el parquet multicapa. Dependiendo del espesor de las tablas, se acordará la distancia entre los rastreles.
- Encolado al subsuelo: es la opción menos limpia, pero en algunos casos puede ser la más adecuada, como cuando se necesita el aislamiento acústico. Utiliza adhesivos que permiten cierta flexibilidad.